Naposta puso la mano de obra de los grandes y las pinceladas finales de un «chico»

Por Fernando Rodríguez de La Nueva.

Con un parcial de 22-6 en los últimos 5m25, Napostá venció a San Lorenzo, como visitante, por 95 a 84, se puso 2-0 arriba en la serie final del torneo de Primera y quedó a una victoria de consagrarse campeón, lo cual podría concretarlo el próximo lunes, cuando vuelvan a enfrentarse en el Antonio Palma.

La visita encontró la solución a una firme oposición recién sobre el final, en un partido que llegó a perder por 12 puntos. Aunque en el cierre, sacando a relucir sus variantes y jerarquía individual, terminó rompiendo el molde con Mauro Zalguizuri, para completar la obra que habían construido, básicamente, entre los internos Ramiro Heinrich y Nicolás Quiroga.

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El local encontró rápidas respuestas en manos de Alan García (7-2) con su tiro de tres o rompiendo. Además, aprovechó y sacó rápido cuando recuperó la pelota, tomando a contra pierna a Napostá.

La visita apostó a su juego interior, bien definido, con Heinrich como primera opción. Y así se fue emparejando (12-12).

Al naranja le costó en el ataque estacionado y atrás empezó a sentir el desgaste (salió Coria con 2 faltas en 5m20), mientras Heinrich siguió lastimando.

No obstante, la visita no la metió a distancia (0-5 en triples en el primer cuarto) y, en consecuencia, San Lorenzo pudo replegarse más.

Además, Ferrari se soltó un poco más en ofensiva –le había costado horrores tirar limpio– y Fortelli se sumó con un par de conversiones, acoplándose a lo que venía haciendo Benedetti, para cerrar 26-21 arriba el primer cuarto.

La visita se quedó poco menos que estancada con los 6-9 en t2 y 3-3 en t1 de Heinrich.

En el segundo cuarto Sebastián Aleksoski mandó a la cancha a Gentili, Alemañy e Iturrioz. Todos juntos.

Agulló se sumó para desgastar atrás a Heinrich y después entró Diez, cumpliendo la misma función. Era el hombre a detener.

Fortalecido en defensa, al local se le fueron abriendo los caminos adelante, básicamente de la mano de Esteban Benedetti.

Ferrari volvió a ser Ferrari, con su pique y tiro de tres/cuatro metros y Benedetti fue una pesadilla para Napostá.

Definitivamente, en el recambio había perdido la visita, que tuvo a Matías Martínez lúcido para meter la pelota en la pintura. La tenía complicada Napo. Porque San Lorenzo crecía, insistía y hasta le respondió con un triple cuando se le plantó en una zona 1-2-2.

Así mantuvo los 10 de luz, que se extendieron a 12 de máxima (con 11-14 en libres en el cuarto), porque esa zona le dio más espacios para atacar y romper. Atrás, mientras tanto, el naranja hizo lo que pudo, congestionando y ayudado por un Napostá que dejó de jugar y apostó al 1×1, con Quiroga y Gentili como principales anotadores.

Primer tiempo: 52-43.

En el complemento, la visita volvió a la receta original, jugó para Heinrich-Quiroga y, pese al esfuerzo, los cambios defensivos y las ayudas, al naranja se le complicó contenerlos.

Además, en ofensiva San Lorenzo no tenía segundas opciones, por eso Napostá se “agrandaba”. Eso sí, el local no se achicaba, oponía resistencia, defendía al límite y se mantenía arriba en el marcador, aunque la visita recortaba: 60-55 con 3m47 por jugar del tercer cuarto.

Una fuerte defensa local en el perímetro ensuciaba los ataques visitantes. No le llegaba limpia la pelota a los internos, que igual dañaban cuando recibían (10 puntos de Quiroga) y sacaban faltas, anotando 10 de 14 en libres, para empatar en 63, con 21 segundos, más allá que un doble de Coria cerró el cuarto 65 a 63 a favor del local, que perdió el parcial 20 a 13.

Mucho clima de final a esta altura. Un trámite cargado de tensión. Los dos se jugaban mucho.

Y en ese contexto, con muchísima frialdad, saliendo desde el fondo de la banca, Elichiry, que no estaba en los planes, fue el encargado de sacar adelante a San Lorenzo, con dos triples y una contra: 73 a 67.

El juego ofensivo de Napostá empezó a pasar más por las manos de Mamo Zalguizuri, que intentó romper y anotar o descargar. El parcial del último cuarto, en 3m45 era de 11-7 para el local, anotando todos los puntos Elichiry.

San Lorenzo jugaba mejor abriendo la cancha, mientras que Zalguizuri -con gran personalidad- se hizo cargo de la pelota en Napostá, distribuyendo y clavando dos triples. Ahí marcó la diferencia definitiva, porque pasó al frente 80 a 79, con 3m50 por jugar. Y con parcial de 10-1 extendió la diferencia a 83-79.

A San Lorenzo, ahí, se le complicó el panorama. Porque ese recurso que no había mostrado Napostá detrás de los 6m75 lo terminó salvando, con dos triples de Zalguizuri y uno, demoledor, de Matute Martínez, a falta de 1m27.

Esto sacó de eje al local, que se quedó sin respuestas y alternativas para contrarrestar a un rival que fue de menos a más y, estampando ese parcial de 22-6 en los últimos 5m25, terminando lo que significó mucho más que un partido. Puede haber marcado, acaso, el inicio del final.

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