Por Sergio Daniel Peysse de La Nueva.
“No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista…”, dice la letra de un milenario refrán, que al derecho y al revés calza a la perfección con el presente social y deportivo que vive el club Villa Mitre, que salta de festejo en festejo en una semana que perdurará por los siglos de los siglos en las mentes y en los corazones de sus fieles hinchas y seguidores.
El miércoles llegó a su centenario de vida, el sábado a la noche tiró la “casa por la ventana” con un fiesta extraordinaria que reunió a 1.300 personas y hoy le ganó a Olimpo en el mismísimo estadio Roberto Carminatti después de 24 años.
Primero lo primero: el tricolor puso el ingenio a disposición de su raciocinio y de esa manera consiguió imponerse en el clásico. Fue de principio a fin, sin escalas ni turbulencias, para trepar al segundo lugar de las posiciones del Nonagonal 1, equiparando la línea de Santamarina, que se está quedando con esa posición por mejor diferencia de gol.
Si el primer disparo al arco, desde lejos, vence al arquero e infla la red, empezá a peinarte porque hay posibilidades de llevarte lo que fuiste a buscar. Nico Ihitz juntó la fe de todos sus compañeros y con un zurdazo cruzado, desde unos 25 metros, llevó arriba a su equipo cuando el partido recién empezaba a acelerar el ritmo cardíaco.
Sin especular y con una voluntad de titanio, la Villa fue más íntegro y eficiente para pasar de la teoría a la práctica. Fue directo, dejó venir a su rival y cuando recuperó el balón lo jugó a los espacios. Obredor avanzó con potencia, Maxi López le dejó aire a Ihitz por el carril izquierdo y sus avances no tuvieron rodeos ni astigmatismos.
Lo del dueño de casa fue espeso una vez más. Ramírez jugó todo el primer tiempo refugiado en su campo, Acosta y Vila bajaron más de la cuenta para descargar y armar, y la peligrosidad llegó por la decantación de centros, la única forma que conocen los dirigidos por Pedro Llorens para meter la bola al área enemiga.
Antes de que finalice la primera etapa pensé: ¿Tan mal está Leandro Espejo, la figurita que todos querían pero que eligió venir a Olimpo, para que no sea titular? Llegó hace 8 encuentros y, parece, todavía no encontró su mejor versión física y futbolística. Parece ehhh…
Mientras el primer “Movete, Olimpo, movete, movete dejá de j…” bajó desde las tribunas, la visita facturaba con IVA en una cancha que, más allá de ser atravesada a lo ancho por una franja de tierra (y donde el césped no brota), mejoró en aspecto y en transitabilidad.
Olimpo dividió la pelota como nunca antes lo había hecho en otros cotejos de local, y pese a que en la etapa complementaria dispuso de opciones para equiparar el resultado, nunca hizo sentir incómodo a su contrincante, que a partir de la lucha edificó opciones con pequeñas sociedades y una propuesta ofensiva lineal y simple.
El arbitraje de Lucas Caballero, que había sido brillante en la fracción inicial, empezó a nublarse con decisiones que no se midieron con la misma vara al momento de pitar faltas por juego brusco merecedoras de amonestación. Fue severo y celoso en el primer tiempo (y estuvo bien), pero en el complemento dejó pasar una patada de Fabello (tenia amarilla) sobre Paredes y una de Mancinelli a Araujo que también mereció llevarse la tarjeta.
Sin embargo, el colegiado acertó al no dar un penal que pidió Olimpo por mano de Fabello, cuando la pelota le cayó de golpe tras una peinada de Vila. La pelota no iba hacia el arco, la mano estaba en una posición natural y la acción fue totalmente casual. No era penal.
El olimpiense, por más que haya cambiado a un 4-3-1-2, careció de sorpresa, de ese jugador que haga algo distinto, y el villero se fue metiendo la victoria en el bolsillo con la administración de los tiempos regulada por Enzo González y la sangre caliente de Ihitz (el último cuarto de hora lo jugó con una molestia) y toda la defensa.
Como Marcos Del Cero aquel 22 de octubre de 2000, Villa Mitre se adueño de clásico en un momento clave del campeonato. Le sacó 4 unidades de diferencia al “primo” del centro bahiense y mi suposición es similar a la de los hinchas de uno y otro lado: todo hace indicar que uno va a la semifinal por el primer ascenso y el otro seguirá su camino en la Reválida. No sé, para Villa Mitre quedan tres partidos de acá en adelante y para Olimpo cuatro, y ¿quiere que le diga algo?, puede pasar, y más en este torneo, lo que uno menos piensa.
La síntesis
Olimpo 0 (4-1-3-2)
- M. García 5
- F. Pérez 4
- Fleita 6
- Osinaga 5
- Paredes 5
- E. García 6
- Affranchino (c) 4
- D. Ramírez 4
- Larrea 6
- R. Acosta 5
- Luis Alfredo Vila 4
DT: Pedro Llorens
Villa Mitre 1 (4-1-3-2)
- Molini 6
- Dauwalder 6
- Manchafico (c) 6
- Mancinelli 7
- IHITZ 8
- Fabello 5
- Obredor 7
- E. González 7
- M. López 5
- Jara 6
- Jeldres 4
DT: Carlos Mungo
PT. Gol de Ihitz (VM), a los 8m.
ST. No hubo goles.
Cambios. 59m. Araujo (5) por E. García, 77m. Coacci por Paredes, Espejo por D. Ramírez y Cáceres por Vila y 87m. J. López por Osinaga, en Olimpo; 45m. Vivani (6) por Jara, 54m. Cérica (5) por Jeldres, 70m. Hertel (5) por Dauwalder y 82m. Cocciarini por E. González, en Villa Mitre.
Amonestados. Peredes (13m.), D. Ramírez (25m.), Osinaga (35m.), Cáceres (93m.) y M. García (97m.), en Olimpo; Fabello (11m.), Jeldres (29m.) y Obredor (75m.), en Villa Mitre.
Arbitro. Lucas Cavallero (5).
Cancha. Olimpo (5).
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